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La gestión del agua a lo largo de la historia se podría dividir en diferentes etapas que se han dado de acuerdo a las necesidades y oportunidades del momento.
Hoy en día esta gestión se beneficia de las nuevas tecnologías, la automatización y la inteligencia. Una Smart Water City, concepto enmarcado en la cuarta revolución industrial (Agua 4.0), es un sistema inteligente de Gestión del Abastecimiento y Consumo Urbano de Agua que tiene una importancia trascendental para las ciudades y sus habitantes; más aún cuando sabemos que en las próximas décadas se producirá un aumento sin precedentes de la demanda de agua debido al incremento de la población en los países emergentes.
Específicamente la gestión inteligente del agua es la aplicación del IoT (internet de las cosas), del Big Data y la Inteligencia Artificial para la mejora en la gestión operativa y estratégica del agua, permitiendo controlar en tiempo real y de forma remota la calidad del agua, así como el consumo de los contadores y el estado de la red.
Con la Gestión Operativa es posible la detección y reparación temprana de averías, mejora en el control de la calidad del agua y la lectura a distancia de contadores, facilitando la detección de consumos anómalos y fugas; así como la reducción de gastos de mantenimiento o la interacción con los consumidores, haciéndoles conocedores acerca del uso, ahorro, calidad y todos los patrones relacionados con este vital recurso.
La Gestión Estratégica redunda en la gestión patrimonial de infraestructuras (objetivo: prolongación de la vida útil de los activos y priorización de actuaciones de mejora en la red hidráulica) y en el uso de inteligencia artificial para la gestión del big data, además de significar un ahorro de costes intangibles.
Podemos decir que la gestión inteligente del agua ha dejado de ser sólo una opción, pues el desarrollo de cada país va a determinar que se implemente en algún momento.
ACCIONA por ejemplo, cuenta con una red inteligente de suministro de agua, denominada Smart Water 4 Europe, que viene aplicando con éxito esta tecnología en distintas ciudades de España como Burgos, Zafra, en Andratx, en el país de Andorra, entre otros, y apunta a replicar este sistema en los distintos lugares donde opera, como Perú.
Una inversión en sistemas de Smart Water varía de acuerdo a la región o municipio en que se implemente pero siempre supone un aumento de la eficiencia del sistema: reducción de pérdidas agua (15 %), reducción de entre el 8% y el 12% en el costo operativo del sistema (Opex) y elusión de costes intangibles futuros. Así, el usuario va a notar que están preocupándose por él, que le están asegurando el recurso a largo plazo, con calidad y con un presupuesto adecuado.
En definitiva, el concepto Smart Water City es una revolución sin precedentes en la forma en que se está gestionando el agua.
