En un contexto internacional caracterizado por turbulencias económicas y tensiones geopolíticas, el sector exportador peruano se consolida como un baluarte de estabilidad y crecimiento. Los resultados del primer trimestre del 2025 son extraordinarios: las exportaciones alcanzaron una cifra récord de 20,625 millones de dólares, representando un incremento del 27.3% frente al mismo periodo del año anterior.
Este sobresaliente rendimiento no solo reafirma la eficacia del modelo económico orientado al comercio exterior, sino que también proyecta un futuro prometedor para la economía nacional en su conjunto. El éxito exportador peruano se cimenta en una estrategia de diversificación que demostró su acierto frente a la volatilidad de los mercados internacionales.
Si bien la minería continúa siendo el pilar de las exportaciones con más del 50% de participación y un crecimiento del 29% en el primer trimestre, otros sectores muestran un dinamismo que fortalece la estructura económica del país, señala artículo publicado en el Diario El Peruano del Suplemento Económika.
Agroexportaciones
La agroexportación, segundo sector en importancia, registró una expansión del 21.2%, impulsada por productos como el cacao y sus derivados, que experimentaron un extraordinario aumento del 129%.
Las frutas tradicionales como uvas y mangos también mantuvieron su tendencia alcista con incrementos del 21%. Estas cifras no son casuales, sino el resultado de una apuesta sostenida por la modernización del campo peruano y la conquista de mercados internacionales exigentes.
El sector pesquero, con un incremento del 37%, y la metalurgia, con un 29%, completan un cuadro en el que prácticamente todos los componentes de la canasta exportadora peruana muestran señales positivas.Esta diversificación sectorial constituye un seguro frente a posibles fluctuaciones en determinados mercados o productos.
Regiones protagonistas
Uno de los aspectos más relevantes del actual auge exportador es su alcance territorial. Las regiones del interior del país aumentaron sus exportaciones en un 28.6%, superando incluso el ritmo de crecimiento de Lima y Callao (20.8%).
Este fenómeno representa una oportunidad histórica para reducir las brechas de desarrollo entre la capital y el resto del territorio nacional.
Resulta particularmente alentador que 21 de las 23 regiones del interior registraran incrementos en sus exportaciones. Casos como Huánuco (277%), San Martín (111%), Apurímac (106%) y Ayacucho (87%) demuestran que el potencial productivo del Perú trasciende ampliamente los límites tradicionales de actividad económica.
Esta descentralización de la actividad exportadora tiene implicaciones profundas en términos de desarrollo social. La generación de empleo formal y de calidad en zonas históricamente marginadas puede contribuir significativamente a la reducción de la pobreza y la desigualdad. El comercio exterior se convierte así no solo en un motor económico, sino también en un factor de cohesión territorial y social.
Diversificación de mercados
El crecimiento exportador peruano se sustenta también en una inteligente estrategia de diversificación de mercados. Si bien China y Estados Unidos continúan siendo los principales socios comerciales, con incrementos superiores al 30% en el intercambio comercial, otros mercados muestran un dinamismo relevante. El comercio con Asia aumentó un 30.8%, destacando Corea del Sur (31.1%), India (25.9%) y Japón (4%). En Europa, el intercambio con la Unión Europea creció 17.3%.
Esta diversificación geográfica representa una fortaleza estratégica en un contexto internacional marcado por tensiones comerciales y geopolíticas. La capacidad del Perú para mantener relaciones comerciales equilibradas con las principales potencias económicas mundiales y, al mismo tiempo, explorar nuevos mercados, constituye un activo invaluable para su desarrollo futuro.
Las negociaciones en curso para firmar acuerdos comerciales con Indonesia, Guatemala, El Salvador, Uruguay e India abren perspectivas prometedoras para seguir ampliando el horizonte de destinos para los productos peruanos. Esta estrategia de diversificación de mercados reduce la vulnerabilidad ante cambios unilaterales en las políticas comerciales de otros países y consolida la posición del Perú como un actor relevante en el comercio internacional.
Infraestructura
Un factor determinante para el desempeño exportador peruano es el desarrollo de infraestructura logística y portuaria.
El Informe de Actualización de Proyecciones Macroeconómicas 2025-2028 del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) destaca que el sistema portuario constituye una infraestructura estratégica para el crecimiento de la actividad productiva.
Así, en el 2024 se movilizaron 128 millones de toneladas, 8.4% más que en el 2023, posicionando al Perú en el quinto lugar en América Latina en integración al comercio marítimo global.
La reciente entrada en operación del puerto de Chancay marca un hito en la proyección internacional del Perú. Este nuevo eje logístico, que ya registró movimientos de comercio exterior por más de 400 millones de dólares en el primer trimestre, permitirá al país consolidarse como un hub logístico del Pacífico Sur, reduciendo significativamente los tiempos de envío hacia Asia.
Mayor competitividad
Este desarrollo de infraestructura no solo mejora la competitividad inmediata de las exportaciones peruanas, sino que constituye una base sólida para el crecimiento futuro. La visión estratégica de convertir al Perú en un puente natural entre Sudamérica y Asia comienza a materializarse, abriendo posibilidades de desarrollo que trascienden el corto plazo.
Un aspecto crucial del actual auge exportador es el incremento del 5.6% en el número de empresas exportadoras durante el primer trimestre del 2025. Este crecimiento fue liderado por las microempresas, que aumentaron un 18.9%. Este dato revela que los beneficios del comercio exterior comienzan a permear hacia segmentos empresariales tradicionalmente excluidos de los circuitos internacionales.
La incorporación de más micro y pequeñas empresas (mypes) al comercio exterior no solo contribuye a democratizar los beneficios de la globalización, sino que también fortalece el tejido empresarial peruano. La exposición a mercados internacionales exigentes impulsa procesos de mejora continua, innovación y formalización que elevan la productividad general de la economía.
Este fenómeno representa una oportunidad para consolidar un modelo de desarrollo inclusivo, donde el crecimiento económico se traduzca efectivamente en mejores condiciones de vida para amplios sectores de la población. El desafío pendiente es asegurar que estas pequeñas empresas exportadoras logren sostenibilidad en el tiempo mediante apoyos adecuados en términos de financiamiento, capacitación y acceso a información de mercados.
Perspectivas
Las proyecciones para el resto del año son prometedoras. Según la Asociación de Exportadores (Adex), los envíos al exterior peruanos superarían los 83,000 millones de dólares en el 2025, lo que representaría un incremento del 11.4% respecto al 2024.
Esta proyección se sustenta en el buen desempeño previsto tanto de los sectores tradicionales (10.7%) como de los no tradicionales (13.3%).
Siete de los quince sectores analizados alcanzarían récords históricos en valor: minería, pesca tradicional, agroindustria, químico, siderometalurgia, metalmecánica y joyería. Estas perspectivas positivas se dan en un contexto favorable para la economía peruana, sin la amenaza inmediata del Fenómeno de El Niño que afectó campañas anteriores.
El sector agroindustrial, en particular, proyecta superar los 13,000 millones de dólares al cierre del 2025, consolidando su papel como segundo pilar exportador.
Impacto en el empleo rural
La diversificación de productos y la conquista de nuevos mercados auguran un futuro promisorio para este sector intensivo en mano de obra, lo que tendrá un impacto positivo en el empleo rural.
Sin embargo, el panorama no está exento de desafíos. La economía mundial enfrenta incertidumbres derivadas de tensiones geopolíticas, presiones inflacionarias y el reacomodo de las cadenas globales de valor. En este contexto, el Perú debe profundizar sus reformas para mejorar la competitividad estructural de su economía. La infraestructura logística, pese a avances como el puerto de Chancay, sigue siendo un cuello de botella para el desarrollo exportador.
La brecha en carreteras, puertos secundarios y conectividad digital limita el potencial de muchas regiones del interior. Del mismo modo, la persistencia de barreras burocráticas y la insuficiente articulación entre el sector público y privado constituyen obstáculos que deben abordarse con urgencia.
Datos
– Los resultados del primer trimestre del 2025 demuestran que el Perú está en el camino correcto.
– Aprovechar este impulso para consolidar las reformas necesarias y profundizar la transformación productiva del país es la tarea pendiente para asegurar un desarrollo inclusivo y sostenible en los próximos años.
Fuente: ANDINA