El primer ferrocarril de Sudamérica fue la línea que unió Lima-Callao y entró en operaciones el 17 de mayo de 1851, a 30 años de nuestra independencia. Fuimos pioneros en esta parte del continente, más aún en el transporte de carga. Luego vendría la gran obra del Ferrocarril Central, la más alta del mundo.
Pero de ese ímpetu modernizador de los legionarios de las guerras de la Independencia poco a poco se fue apagando en el siglo XX por razones que no vienen al caso explicar. Solo añadiré que, con el Puerto de Chancay, todo indica que ha llegado la hora de retomar la idea de los ferrocarriles modernos y obviamente del transporte barato y la energía limpia.
La construcción de esta vía férrea hoy es una necesidad urgente, más aún en las actuales circunstancias, en las que los enemigos internos del Perú, vienen destruyendo las bases de nuestra economía con el objetivo incluso de desmembrar el territorio nacional, para de esa forma aniquilar la fuente del sentimiento nacionalista que va creciendo y desarrollando en todo el continente. Bajo los mascarones de proa “toma de carreteras” y “marchas pacíficas”, vemos que es la forma más directa para impedir el transporte terrestre que abastece a los más grandes mercados del país.
La producción y exportación del subsector Agroindustria creció de US$ 450 millones en el 2004 a más de US$ 5,500 millones en el 2020, generando solo, en el Departamento de Ica, más de 100,000 puestos de trabajo directos, con el agregado que los trabajadores cuentan con seguro social y pensiones, vacaciones, bonificaciones por navidad-año nuevo, fiestas patrias, escolaridad, entre otros.
Este subsector no solo ha crecido sino registra desarrollo fruto de la aplicación de ciencia y tecnología, lo cual no es del agrado de los enemigos internos, quienes lograron –con actos vandálicos y terroristas– el cierre de doce (12) empresas y la desocupación de 40,000 trabajadores.
Por supuesto que “la competencia” está bailando de alegría, porque ellos están aprovechando para reemplazar, en el mercado mundial, los inigualables mangos peruanos, arándanos, uvas, espárragos, variedades de paltas y decenas de cultivos más que tanto esfuerzo y sacrificio costó colocar en el exterior.
Ahora más que nunca es urgente tomar una solución definitiva: es decir la construcción de la línea férrea Tumbes-Tacna de doble vía y con 8 estaciones, que, además de ser un gran factor de integración, sería un modelo para países como Ecuador y Colombia; además de ser la solución para consolidar la construcción de la gran nación peruana.
Recordemos que en enero del año pasado la gobernadora regional de Lima, Rosa Vásquez, asistió a una reunión de coordinación con empresarios de la Cámara de Comercio Peruano China (Capechi).
La costa peruana tiene una cantidad de ventajas para este tipo de transporte, es casi plano, con pocas ondulaciones, no hay mucho roquerío que volar, ni túneles por horadar, sino principalmente la construcción de puentes sobre 52 pequeños ríos que discurren de los Andes al océano Pacífico.
La distancia desde el punto fronterizo de Tacna a Tumbes es de unos 3,790.5 km y otros cálculos señalan 2,446.17 km. Y para esa distancia el costo de inversión según los parámetros internacionales es aproximadamente US$ 16,000 millones, aunque otros expertos lo cuantifiquen un US$ 32,664 millones.
El supuesto nos demuestra con claridad que para transportar 1,500 pasajeros de Lima a Piura se requieren 34 buses, cuyo precio promedio del pasaje (entre el precio del primer piso y el segundo) es de S/ 195.00.
Si tomamos en cuenta el coeficiente internacional para calcular el precio del pasaje por persona por el mismo tramo por ferrocarril, este sería 1/6, es decir S/ 35.50, pero como estamos en el Perú, un precio tan barato no sería creíble, por lo que optamos por tomar en cuenta que sea 1/4, es decir S/ 48.50, pero para facilitar lo redondeamos a S/ 50.00.
En este escenario es obvio pensar en el tremendo impacto político que tendría en la población de menores recursos (90% de la población nacional) la aplicación de esta política de transporte masivo que generaría la acumulación de capitales tan necesarios para el desarrollo nacional.
Un solo ferrocarril con 25 vagones reemplazaría a 34 buses con el consiguiente ahorro en combustibles contaminantes, además los accidentes originados por los 60,000 buses y 290,000 camiones-trackto que recorren día y noche y los 365 días del año, cuyas cifras incrementan todos los años, lo que disminuiría a niveles mínimos con al Tren Tumbes-Tacna.
Finalmente, todas las empresas de transporte terrestre interprovincial de buses utilizan un tiempo de desplazamiento entre 14 y 16 horas la ruta Lima-Piura (992 km), esto a una velocidad promedio de 70 km/h. El transporte por ferrocarriles se desplazaría por esa misma ruta en 9 horas.
Fuente: EXPRESO