La pandemia del COVID-19 ha provocado cambios dentro de las prioridades entre las empresas al momento de dirigir sus equipos y ha impactado en la gestión de los Recursos Humanos a nivel global. En Perú, la situación es similar, en el presente año, diversas organizaciones redefinirán sus prioridades futuras y cambiarán su forma de trabajar para adaptarse a este nuevo contexto.
De acuerdo con el Global Talent Trends (2021) elaborado por Mercer, las organizaciones peruanas deberán enfocar sus estrategias de Recursos Humanos en tres grandes etapas: definir las necesidades futuras de la fuerza laboral transformada o reestructurada, incentivar la transformación de las habilidades de las personas y Fortalecer la experiencia de los colaboradores.
Gabriel Regalado, CEO de Mercer Perú, dice a Gestión.pe que otros dos aspectos que las organizaciones deben tomar muy en cuenta son la flexibilización y bienestar porque con la pandemia se han vuelto indispensables. “Previo a la pandemia eran importantes, ahora no es una opción y las compañías deben prestarles atención a ambos temas”, señala.
Debido a la coyuntura la salud (bienestar) se ha convertido en una prioridad no solo a nivel personal o de gobierno, sino también de las organizaciones en las que existe una diversidad de trabajadores dedicando gran parte de su vida.
El estudio señala también la existencia de la necesidad de energizar la experiencia del trabajador. En tal sentido, el 33% de los encuestados dijo que el bienestar y la flexibilización del trabajo son elementos fundamentales para garantizar una mayor productividad y motivación de los equipos.
Asimismo, el 73% ratifica la importancia de crear mecanismos que permitan a los colaboradores tener un balance entre la vida personal y profesional que se vio afectada por la pandemia y la rutina.
En cuanto a la flexibilización, Regalado señala que se han vuelto una necesidad, sobre todo con las cuarentenas que se están viviendo en el país, con lo cual es imposible no considerarlo. El 80% de compañías manifiesta estar a favor de establecer un sistema de trabajo menos controlador que permita empoderar más al colaborador frente al desarrollo de sus obligaciones, manteniendo una cultura de confianza.
“La flexibilización trae ciertas interrogantes y retos como ¿Qué cargos deben ser sujetos a la flexibilización? ¿Cuál debe ser la política que se sigue? ¿Cómo gestiono y evaluó en condiciones de alta flexibilidad?”, comentó el especialista.
Agregó que las organizaciones y los métodos de trabajo han avanzado en ser más agiles, flexibles y empoderados, con lo cual los estilos de gestión y supervisión deben evolucionar hacia un esquema que se enfoque más en los resultados. El ‘Home Office’, que se ha evidenciado en Latinoamérica y en Perú, favorecen en gran medida esta evolución, afirma.
Fuente: GESTIÓN.