El Ministerio de Vivienda, Construcción y Saneamiento (MVCS) inauguró la obra de mejoramiento y ampliación de los servicios de agua potable y disposición sanitaria de excretas en la comunidad nativa de Bélgica, distrito de Iñapari, provincia de Tahuamanu. Esta intervención asegura servicios básicos de calidad para 137 habitantes de la comunidad yiné ubicada en la frontera con Brasil.
El proyecto contempló la incorporación de una estación de bombeo de agua potable de 0,33 l/s, una cisterna de 10 m³, un reservorio de 10 m³ y 1221,39 metros lineales de aducción que garantizan continuidad en el suministro. Además, se han instalado 44 nuevas conexiones domiciliarias que permitirán a las familias acceder al agua dentro de sus viviendas.
Asimismo, para reforzar los servicios comunitarios, se habilitaron puntos de conexión en instituciones educativas, posta de salud, salón comunal y Junta Administradora de Servicios de Saneamiento (JASS) de Bélgica.
En cuanto al componente de saneamiento, el proyecto incorporó 38 unidades básicas de saneamiento (UBS) con sistema de compostaje, una solución ambientalmente responsable que promueve hábitos saludables y reduce riesgos sanitarios. La intervención fue ejecutada mediante el Programa Nacional de Saneamiento Rural del MVCS, bajo la modalidad de núcleo ejecutor, con una inversión de S/3 108 296,80.
El ministro de Vivienda, Wilder Sifuentes Quilcate, señaló que “llegar hasta la comunidad fronteriza y de difícil acceso de Bélgica demuestra el compromiso del Estado por asegurar que cada familia, sin excepción, cuente con agua segura y saneamiento. Esta obra mejora la salud, el bienestar y el futuro de la comunidad”.
Las autoridades locales manifestaron que la obra representa un avance histórico pues “la llegada de agua segura y saneamiento fortalece la comunidad y le permite seguir creciendo”. De igual forma, los pobladores agradecieron el trabajo articulado entre el Ejecutivo y los Gobiernos locales para seguir cerrando brechas en los lugares más alejados del país.
Con esta puesta en marcha, el Estado peruano reafirma su compromiso con las comunidades rurales y fronterizas, demostrando que la distancia no limita el derecho al agua y al saneamiento. Estas acciones fortalecen la inclusión, la salud pública y las oportunidades de desarrollo para las familias.
