Pese a la recuperación económica en América Latina y el Caribe, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) señaló que el 50% de los trabajadores carecen de acceso a beneficios sociales y estabilidad laboral, lo que impacta directamente en su calidad de vida.
«La informalidad laboral no solo limita el acceso a derechos fundamentales como seguridad social y pensión, sino que también afecta la productividad y el crecimiento económico. En Perú, aproximadamente el 76% de los trabajadores están en la informalidad, lo que significa que tres de cada cuatro peruanos laboran sin estabilidad ni beneficios» explicó Milagros Torres, subdirectora académica de la Facultad de Negocios de Zegel.
De acuerdo con la OIT, uno de cada dos trabajadores en la región se encuentra en condición de informalidad. Esta problemática también afecta a los jóvenes, quienes enfrentan mayores barreras para acceder a empleos formales, así como a las mujeres, quienes continúan enfrentando una brecha salarial de género de aproximadamente el 20% en América Latina.
Para la OIT, abordar la informalidad requiere una estrategia integral que combine políticas de desarrollo productivo, generación de empleo, protección social y cumplimiento de derechos laborales. En este sentido, el crecimiento económico se considera un factor clave para impulsar la formalización del empleo.
«La brecha de género en el ámbito laboral sigue siendo una tarea pendiente en la región. En muchos sectores, las mujeres ganan hasta un 25% menos que los hombres por el mismo trabajo, lo que limita su desarrollo profesional y económico», señaló Torres.
El impacto del salario mínimo en la formalización
En el contexto peruano, el reciente incremento de la remuneración mínima vital a S/1,130 ha generado debate sobre su impacto en la generación de empleo formal. De acuerdo con la OIT, no existe evidencia empírica concluyente que demuestre que un aumento en el salario mínimo tenga un efecto directo en la creación o destrucción de empleos.
La fijación y ajuste de los salarios deben tener en cuenta las necesidades de los trabajadores y cuánto pueden pagar las empresas. Esto permitirá encontrar un equilibrio entre los pagos y un aumento excesivo en la informalidad.
“Es clave fortalecer la formación técnica y empresarial. Las micro y pequeñas empresas representan más del 80% del empleo en Perú, pero muchas operan en la informalidad porque desconocen los beneficios y mecanismos para formalizarse», puntualizó.
A pesar de los desafíos, la OIT considera que una combinación de políticas laborales adecuadas, incentivos para la formalización y crecimiento económico sostenido podrían reducir gradualmente los niveles de informalidad en la región. Sin embargo, el camino aún es largo y requiere del compromiso tanto del sector público como del privado.