octubre 23, 2025
Economía

Pese a caída en abril, construcción cierra primer cuatrimestre en azul

La Cámara Peruana de la Construcción (CAPECO) presentó este jueves la edición 89 del Informe Económico de la Construcción (IEC), en la que su director ejecutivo, el ingeniero Guido Valdivia, destacó que el sector mantiene una evolución positiva al cierre del primer tercio del año, pese a la contracción de abril. Sin embargo, advirtió que factores como el impacto de la guerra comercial global, los cambios recientes en el Ministerio de Economía y decisiones normativas que afectan a la vivienda social, podrían frenar el crecimiento proyectado para el 2025.

Sector  crece 3% hasta abril   ¿se sostendrá la tendencia al alza en el resto del año? 

La actividad constructora, que creció 5.3% en el primer trimestre del 2025 según el INEI, habría tenido una contracción de 2.9% en el mes de abril, debido sobre todo a la baja de 8.7% en la ejecución de obra pública, de acuerdo con la estimación de CAPECO. Pese a ello, el sector termina el primer tercio del año 2025 con un crecimiento de 3.0%.

Este resultado muestra la dificultad que tendrá la actividad constructora de alcanzar la meta proyectada por el BCR y por el MEF para el cierre del año (3.8% y 4.1%, respectivamente), pese a que las cifras hasta el primer trimestre eran muy alentadoras. El número de créditos hipotecarios desembolsados crecieron 16.4% entre abril 2024 y marzo 2025, mientras que en monto esa proporción subió 27.4%.

La inversión minera aumentó 6.1% en dicho periodo, mientras que el empleo en Lima Metropolitana se incrementó en 9.2% en el trimestre móvil febrero – abril 2025. Los precios de los materiales y de las viviendas se mantuvieron estables hasta abril.

Por su parte, las expectativas de las empresas sobre la marcha de la economía en el corto plazo se contrajeron levemente en el mes de mayo, aunque se mantienen en escenario optimista por undécimo mes consecutivo, de acuerdo a la estimación del BCRP. Al contrario, el respaldo al Poder Ejecutivo y al Congreso de la República alcanzan mínimos históricos.

Enfrentamiento comercial continúa (y ya se aprecian algunos impactos)

Las perspectivas de la construcción y de la inversión para el presente año están signadas por la incertidumbre, atribuible tanto a factores externos como internos. El contexto internacional se ve afectado por la guerra comercial entre los principales ejes geoeconómicos mundiales (Estados Unidos, China y la Unión Europea). El riesgo de una caída en el producto bruto norteamericano, el incremento de precios internacionales y de las tasas de interés no ha sido conjurado. La llegada masiva de productos asiáticos a países en desarrollo puede impactar negativamente en la industria nacional. En este escenario, la construcción podría verse impactada directamente por el alza de precios internacionales, que encarece materiales e insumos clave para el sector.

El Perú necesita una estrategia diplomática y comercial muy activa para defender la vigencia de los Tratados de Libre Comercio suscritos con esos tres ejes geoeconómicos y, de ser necesario modificarlos, plantear las negociaciones en el marco de las reglas establecidas por la Organización Mundial de Comercio. Para gestionar tal estrategia es indispensable conformar un equipo negociador público -privado, como el que permitió la suscripción del TLC con los Estados Unidos en abril del 2006. La estrategia debe considerar también la intervención de Aduanas y del INDECOPI para controlar el ingreso de mercadería sub-valuada o fuera de norma a nuestro país.

Cambio en el MEF e iniciativas populistas generan dudas sobre gestión de infraestructura

En el ámbito interno, se necesita también un consenso entre gremios y el Estado para fortalecer la inversión pública y promover la inversión privada. En ese sentido, llama mucho la atención que el gobierno haya prescindido de José Salardi, que desde el despacho de Economía, había puesto en marcha una reforma muy profunda de la gestión estatal de la inversión que ojalá continúe su sucesor, Raúl Pérez Reyes.

La simplificación de procedimientos administrativos, la eliminación de barreras burocráticas y el impulso a mecanismos alternativos de inversión pública como las APPs y las Obras por Impuestos, son medidas imprescindibles para fortalecer la inversión estatal, que sigue signada por la corrupción y la ineficiencia, como lo demuestra el que – a marzo 2025 – se mantengan más de 2,500 obras pública detenidas por un valor que supera los 43 mil millones de soles, según estimaciones de la Contraloría General de la República.

En su paso por Proinversión, Salardi había logrado alcanzar cifras récord en la adjudicación de APPs y Obras por Impuestos y logró consolidar una cartera de inversiones de 16 mil millones de dólares en APPs para el presente bienio y elevar a más de 40 mil millones de soles el tope de inversiones a ejecutar por los gobiernos subnacionales mediante OxI. El ministro Pérez-Reyes debe proseguir con la implementación y profundización de esta agenda.

Por el lado de la inversión minera, para impulsar la concreción de la cartera de 50 mil millones de dólares es indispensable desarrollar una intervención integral en las zonas de influencia directa de los yacimientos, mediante la creación de PMOs privados  financiados a través de OxI y aportes de responsabilidad social de las empresas –  que desarrollen planes de desarrollo territorial, catastros urbanos, un programa de inversiones priorizadas y otro de capacitación para pobladores de dichas zonas. De esta manera, será posible obtener la “licencia social” para la puesta en marcha de la explotación minera.

Dinámica alcanzada por el mercado residencial se afecta por nueva ley VIS

De otro lado, es indispensable mantener el dinamismo alcanzado en el mercado de vivienda. Según cifras de la PME – CAPECO, las ventas de unidades habitacionales nuevas se incrementaron en 38.9% entre enero y marzo del presente año en comparación con el mismo trimestre del 2024 y, en el periodo anual abril 2024 – marzo 2023, se vendieron 22,807 viviendas, un número similar al alcanzado durante el llamado “boom inmobiliario” del trienio 2011 – 2013. Los segmentos más dinámicos de este mercado fue el del llamado Rango 5 de Mivivienda (que comprende viviendas con precios entre 362,100 y 488,800 soles) y el que ofrece viviendas con áreas hasta 50 m2, que coincidentemente explica el 25% del total de ventas en Lima Metropolitana durante el primer trimestre del 2025. El 67% de estas unidades de área reducida se vendieron en Lima Top y Lima Moderna, durante los últimos dos años.

Precisamente, uno de los riesgos para el desempeño del mercado residencial durante el 2024 (y los años sucesivos) es la decisión del Ministerio de Vivienda de retirar este tipo de viviendas del rango de vivienda de interés social (VIS), lo que implicaría una reducción significativa en la oferta habitacional de la capital.

La reciente aprobación de la llamada Ley de Vivienda de Interés Social apunta también a este propósito excluyente. Resulta difícil de entender esta diferenciación, no sólo porque se afecta una parte sustantiva de la oferta habitacional, sino porque la atención de este rango habitacional solamente no requiere subsidios ni créditos del Estado, sino solamente el mantenimiento de parámetros urbanísticos y edificatorios.

Finalmente, CAPECO ha señalado que en muchas de las obras de construcción ejecutadas por gobiernos regionales y locales no se cumple con pagar los salarios ni con las condiciones de seguridad y salud en el trabajo que se definen anualmente en la negociación colectiva por rama de actividad entre la Cámara y la FTCCP.

Este incumplimiento no sólo afecta a los trabajadores (que perciben menores ingresos por su trabajo, sino también a las empresas serias (que no están dispuestas a pagar menos a sus trabajadores) y al Estado y los beneficiarios de los proyectos (que tendrán una ejecución ineficiente e infraestructuras de menor calidad y rendimiento). La FTCCP y CAPECO han propuesto un conjunto de iniciativas para encarar este acuciante problema.

Si se conjuran estos cuellos de botella, el sector construcción podría terminar con una importante tasa de crecimiento (una reciente encuesta de expectativas efectuada por CAPECO arrojó una proyección de +5.0% – para el presente año). Pero si el Perú quiere alcanzar el nivel de ingresos de un país desarrollado en un plazo razonable, se requerirá – entre otras cosas – que el PBI de la construcción crezca 10% por año.

Pero llegar a esa meta, requiere una reforma más ambiciosa, tal y como está plasmada en el Pacto por la Construcción de un Perú Mejor, propuesta por CAPECO y la FTCCP. La inminente campaña presidencial constituye una oportunidad única para consensuar los alcances de esta agenda reformista.

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