Luego de revolucionar la edición 2024 con su microhábitat de 9.5 m² —ganador de los premios a “Mejor uso del espacio” y “Proyecto más osado”—, la arquitecta peruana Zoe Beteta regresa a CASACOR con INTERSECCIONES: una propuesta modular e inteligente que redefine los vínculos entre arquitectura, tecnología y bienestar.
Diseñada junto a su estudio creativo Darqma, esta vivienda desmontable de cinco módulos y más de 75 m² construidos se despliega sobre un terreno de 350 m². El proyecto fusiona automatización, neuroarquitectura y arte contemporáneo en un modelo de vivienda adaptable y consciente, ideado para trascender la muestra y tener una segunda vida.
De la escala mínima a la experiencia inmersiva
Si el año pasado Zoe demostró que se podía habitar con dignidad y belleza en menos de 10 m², este año apuesta, por lo contrario: un espacio expansivo, emocional y sensorial. “Queremos provocar una pausa profunda. Que el visitante recorra la casa como quien se escucha por dentro”, comenta la arquitecta.
Desde la iluminación hasta la ducha, cada elemento ha sido pensado para inducir calma y reconexión. La casa opera como un ecosistema de bienestar: automatizada, ergonómica y silenciosa, donde el diseño invita al descanso consciente, al placer del tiempo lento y a una relación más íntima con el espacio.
Una narrativa en diálogo con el arte
El recorrido inicia en un hall donde los murales de Arisu y Naranja Bicolor dialogan con los lienzos de Helena Rivera. Este lenguaje visual se extiende hacia los interiores, donde Rivera firma una serie de paneles y una escultura que, más allá de su valor estético, se integran como piezas funcionales, reforzando la coherencia conceptual del proyecto.
A ello se suman gestos de diseño que elevan lo cotidiano a lo deseable: una zapatera de autor (la primera de su tipo en llegar al Perú) y una escultura funcional reinterpretada a partir del icónico lavamanos invisible de Kim Kardashian, trabajada en piedra sintetizada.
Tecnología, arte y conciencia
En Intersecciones la inteligencia artificial fue una colaboradora silenciosa. Murales e intervenciones nacieron del diálogo entre algoritmos y emociones humanas, traduciendo símbolos y paisajes interiores en un lenguaje visual que refuerza el carácter introspectivo del espacio. Una alianza entre arte, tecnología y arquitectura que da sentido al nombre del proyecto.
Más que un pabellón, esta casa modular representa una manera distinta de habitar: adaptable, replicable, emocional. “No fue diseñada solo para exhibirse, sino para vivir”, concluye Zoe. Para evitar el clásico desperdicio postmuestra, el proyecto contempla su venta o reubicación, e incluso ya cuenta con dos propuestas de segundo uso—una muestra concreta de su compromiso con la sostenibilidad.
INTERSECCIONES de Zoe Beteta podrá visitarse del 20 de mayo al 13 de julio en CASACOR 2025, en el Puericultorio Pérez Araníbar (Av. del Ejército 650, Magdalena del Mar).