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El canon es la renta que pagan las empresas mineras al Estado. Del total de esa recaudación -30% de las utilidades de las compañías extractivas- la mitad se transfiere a gobiernos regionales, municipios y universidades. Supuestamente ese dinero, sujeto a las ganancias, debe invertirse en proyectos que mejoren la calidad de vida de los pobladores localizados en áreas de influencia a la operación minera.
Un estudio de la Asociación de Contribuyentes del Perú (ACP) concluye que las obras desarrolladas con esta partida no influyeron en ello.
El grueso de recursos se invierten en obras de transporte, como vías urbanas. El investigador de ACP, Raúl Antonio Labarthe, concluye que el canon minero es un recurso extraordinario, que no debería utilizarse en pistas, veredas o losas deportivas.
De acuerdo al estudio de ACP en el periodo 2016-2018, en el gobierno regional y municipios recibieron 1 699 millones de soles por recursos del canon y las regalías mineras.
Un 30% de estos recursos se destinaron a transporte: construcción o mantenimiento vías urbanas y vías vecinales. De este grupo, solo el 1% se utilizó para mejorar vías departamentales, que sí habrían impactado en la calidad de vida de los habitantes de las provincias alejadas de la ciudad capital.
En tanto, un 16% se utilizan en planeamiento y gestión, que comprende actividades de mantenimiento y supervisión de obras.
El sector educación fue atendido con 13%, destinado para obras en los niveles de primaria y secundaria; aunque Labarthe consideró que una mayor cantidad pudo destinarse para el rubro.
Otro rubro atendido es cultura y deporte, con 9%. Esto significó la utilización de 157 millones de soles en obras, en su mayoría, de losas deportivas. Esta cantidad supera a saneamiento, es decir, instalación de agua y desagüe. El investigador de ACP señala que pudo darse mayor impulso a este rubro, por encima de las canchas de fútbol.
Fuente: LA REPÚBLICA.
