Una recomendación que le daría al próximo Gobierno es no perder esa visión de mediano y largo plazo, y no dejarse ganar por las cifras de crecimiento que seguramente va a recibir. Va a recibir crecimientos de 8% o 9%, y en algunos meses incluso mucho más que eso, pero es simplemente por el rebote, no se puede pensar que con eso se cumple la tarea.
Más bien, hay que pensar en estas medidas de mediano y largo plazo que tienen que ver con políticas sectoriales y transversales a la competitividad, y aplicarlas desde el primer día. No esperar o aprovechar estas ventanas, las famosas “lunas de miel” con las que cuentan los gobiernos al inicio, y más bien hay que implantar, acelerar toda una batería de políticas que ya están bastante diagnosticadas, es cuestión de comprometerse a sacarlas.
La presión que tiene el ministro de Economía es tremenda. El presidente, los otros ministros, los gobernadores, los alcaldes, los congresistas, están en el día a día. Y eso, lo quieras o no, te absorbe, pero uno debe ser capaz de encontrar el tiempo para pensar en este otro tipo de medidas que seguramente los frutos no los verá la persona que las diseñe ni implemente, porque esos frutos tardarán 2 o 3 años, pero se tiene que pensar en eso. Si no tenemos esa visión de mediano y largo plazo, vamos a seguir apagando incendios y eso no es lo que queremos.
Sobre los riesgos, si pudiera resumir, hay uno derivado de la parte política. En los últimos años hemos cruzado algunas barreras que no debimos, tanto haber cerrado el Congreso como vacar tan rápido a los presidentes. Otro tema tiene que ver con la confianza, no podemos generar desarrollo en el país si todos desconfiamos de todo, en todo nivel.
Es muy importante generar esa confianza, y coincido que la manera de generarla es con liderazgo. Alguien tiene que ser consciente de esta necesidad y empezar a liderar. Y ese “alguien” es el presidente de la República.
Carlos Oliva, exministro de Economía y presidente del Consejo Fiscal
Fuente: GESTIÓN.