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junio 11, 2025
Economía

¿Cuáles son los principales desafíos para la economía peruana hacia el 2026?

A un año de las elecciones generales de 2026, la economía exhibe señales claras de crecimiento, aunque enfrenta un riesgo que trasciende los ciclos económicos y las tensiones globales: el desgaste del vínculo entre ciudadanía, sistema político y estabilidad económica.

Así lo advierte el más reciente Reporte macroeconómico y financiero elaborado por el Observatorio Económico, Financiero y Social de la Universidad de Lima.

El aumento del ausentismo electoral, la creciente polarización y la sensibilidad de los mercados ante los perfiles de candidatos ya delinean un entorno en el que la economía no se moverá únicamente por fundamentos, sino también por percepciones políticas, explica el informe.

En las elecciones generales de 2021, y según la Oficina Nacional de Procesos Electorales (ONPE), el ausentismo alcanzó cerca del 30% en la primera vuelta y el 25% en la segunda, una de las cifras más altas desde el retorno a la democracia. “Todo indica que, de cara a 2026, el ausentismo podría incrementarse aún más, reflejando un clima de apatía política y fragmentación social que también afecta la estabilidad económica”, señala el Observatorio.

Las elecciones en el Perú alteran el comportamiento de variables clave como el tipo de cambio, el índice general de la Bolsa de Valores de Lima (BVL) y el riesgo país. Los aumentos o caídas abruptas de estos indicadores están relacionados con las expectativas del mercado respecto al enfoque económico de los candidatos.

Estos efectos, aunque usualmente temporales, pueden ser prolongados si los candidatos son percibidos como disruptivos. Así ocurrió en 2021, cuando el tipo de cambio superó los 4.10 soles, según datos del Banco Central de Reserva (BCR) y tardó varias semanas en estabilizarse. Actualmente, una campaña electoral polarizada podría desatar nuevos episodios de volatilidad y afectar la toma de decisiones de inversión, contratación o financiamiento en empresas peruanas.

A abril de 2025, según el BCR, las expectativas a 3 y 12 meses se mantienen en un terreno optimista (52 y 58 puntos, respectivamente), pero por debajo de los niveles de la década pasada. Estas demoran más en recuperarse tras una elección porque no dependen de movimientos bursátiles, sino del ánimo y la confianza de las empresas; que a su vez observan con preocupación el ausentismo creciente, la erosión de la representatividad política y el descontento ciudadano.

La economía peruana muestra resiliencia frente a un entorno global tenso, pero el mayor riesgo para 2025-2026 puede no estar fuera, sino dentro.

Contexto tenso

Pese a todo, Perú consolida su recuperación económica. De acuerdo con el BCR, el Producto Bruto Interno (PBI) creció 4.7% interanual en marzo de 2025 y 3.9% en el primer trimestre, impulsado por la minería, la agroindustria y la construcción. Se espera un crecimiento de 3.3% para el año, con una brecha del producto cercana a cero hacia diciembre.

Para el próximo año se espera un crecimiento entre 2.5%-3.0% dependiendo del deterioro del entorno internacional y el potencial impacto en las expectativas económicas a medida que se aproximan las elecciones presidenciales de abril de 2026. Así, el desgaste en el vínculo entre ciudadanía, sistema político y estabilidad económica será clave para el crecimiento del próximo año.

Economía global

En el plano externo, el Fondo Monetario Internacional (FMI) redujo su proyección de crecimiento global de 3.3% a 2.8% para 2025, y de 3.3% a 3.0% para 2026.

Estas nuevas proyecciones se dan en medio de una escalada de las tensiones comerciales (alza en las tasas arancelarias efectivas en el mundo) y ajustes en los mercados financieros. Los recientes acuerdos en mayo de 2025 de disminución de aranceles recíprocos entre EE.UU.-China y EE.UU.-Reino Unido acotan los riesgos a la baja en las previsiones de crecimiento mundial, aunque no los elimina por completo.

En ese contexto, en las últimas semanas el precio del cobre subió de casi USD/lb. 3.80 a USD/lb. 4.36, mientras el oro bajó de casi USD/onza 3,350 a USD/onza 3,181. Por su parte, en base a información del BCR, el petróleo se estabilizó en USD/barril 62 debido a expectativas de mayor demanda tras la disminución de las tensiones comerciales, y varios productos agrícolas bajaron ante expectativas de buenas cosechas, según revela el informe del Observatorio.

El impacto económico de las políticas arancelarias en 2025 y los años siguientes variará según el país, y estará determinado por las medidas que se adopten, la estructura industrial de cada economía y las oportunidades de diversificación comercial que puedan aprovecharse.

Para Perú, el arancel del 10% impuesto por EE.UU. impactaría principalmente en los sectores agroexportador y textil. Si bien los arándanos presentan ventajas competitivas por su estacionalidad y baja sensibilidad a los precios, productos como uvas, espárragos y frutas que compiten con México y Canadá (actualmente exentos de aranceles) podrían verse afectados.

En el sector textil (considerando que la pausa arancelaria es temporal), la fuerte alza a China (145%) podría abrir oportunidades a Perú; no obstante, aún compite con Vietnam, Camboya e India, que tienen aranceles equivalentes y menores costos, siendo importante la diferenciación por calidad y diseño. La recomendación clave del Observatorio es acelerar la diversificación de destinos de exportación, como India, Canadá, Europa y Alemania, para reducir la dependencia hacia EE.UU.

Fuente: ANDINA

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